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Mostrando entradas de marzo, 2018

Soneto VIII

Si se graba un día "El Vino y La Sal" y se estrena en todas las emisoras, y te encuentra sola, al clarear la aurora, su compás de cumbia de gris arrabal, si al oír la letra, tu sangre glacial se acelera, corre, arde, o se acalora al menos tu voz, será porque añora ser adorno triste del canto final. Las risas ya no te alivian dolores, ni es rojo el café, ni las cartas verdes, y en las fotos sales con la seriedad de labios que, aunque cautivadores no entienden toda tu belleza. Pierdes las mejillas sanas. Ganas soledad.